El reloj marco la hora, y soltar su mano dolía tanto, era necesario dejarla volar tan pronto?.
No recordaba ser tan feliz, no recordaba esos momento en donde mi corazón saltaba de emoción por ver a alguien, por escuchar y hacer un nudo desatándose de emociones hermosas, esa tan llamada FELICIDAD. Pero cuando la vi llegar esa tarde de otoño, mis ojos largaban cataratas de lágrimas de emoción y sensibilidad al presenciar con su persona. LA PERSONA DE MI VIDA.
Su sonrisa proporcionaba el mundo en miniatura, paraba el tiempo a su gusto, media cada centímetro de la vida, el mundo rotaba tan lentamente que al llegar a sus labios levemente la tierra quieta estacionaba. Mi corazón explotaba. Pero esas sensaciones, solo las sentía mi propia persona. El tiempo había pasado, y soltarla me costo mas que conseguir ser feliz.
Tan solo pedí que en otro tiempo futuro, vuelva a sentir eso. F E L I C I D A D.
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