Ramon ÁNGEL Silvero Do Santos.
¿Qué es eso que nos levanta de lo bajo?
Normalmente, y personalmente, muchos des mis días no terminan tristes, si no, llenos de estrés, algo así como un estrés emocional que me hace llorar como idiota. Y quiero guardar este día como uno de los mas lindos de mi vida.
Empezar mi día normalmente es algo que tengo grabado, no hay nada anormal en el, me cuesta despertarme, solo me levanto me ducho y empiezo. Salgo de casa, saco los pasajes del día, y viajo. Hoy mientras esperaba a que arranque mi destino, una señora mayor, no podía subir sola hasta arriba del colectivo, justamente este colectivo era de una planta y debía subir escaleras. Me saque los auriculares, y la gente que me rodeaba solo miraba como la mujer no podía sola, no tuve tiempo de dudar, ni pensar, solo me abalance, le pregunte si quería ayuda, acepto, dio las gracias, y subió con mi ayuda. Solo ese pequeño acto, me alegro parte de mi día. Coloque los auriculares en mis oídos para no escuchar ruidos, ni voces, solo música. Mientras escuchaba, en mi mente pensaba mil cosas sobre la universidad. No recordaba los horarios, pero no me esforcé en buscarlo en mi cuaderno. Solo me dirigía hacia allá con la intención de cursar Historia. Llegamos al destino, espere a que todo mundo bajara, y le claramente, le pregunte nuevamente a la señora si quería ayuda, claramente acepto, y bajamos, salude, desee buenos días, y seguí con mi día, nuevamente con mi alma contenta.
Espere nuevamente otro colectivo, uno que ahora me dirigiría hacia la universidad. Odio ver todas esas personas en masa corriendo por entrar a las apuradas al colectivo desaforados por no quedarse afuera, sabiendo que todos podemos entrar sin tanto disturbio. Subí sin dramas, y me senté junto a las ventanillas de la izquierda. Escuchaba música aleatoriamente - me aburro cuando siempre es la misma lista con los temas en orden - llegamos y note que mis compañeros no estaban en ningún piso, así que baje a la cantina, compre café y me senté a ver el horario, y aproveche a ver las tareas. Claro, había llegado una hora antes, el viernes no tocaba Historia, tenia mal el horario. Ya que cuando me dijeron que los viernes no había Historia no lo cambie. Pero no importo mucho, aproveche el tiempo, para hacer tarea que me faltaba completar. Luego empezaron a entrar algunos de mis compañeros a la cantina. Subí, para ver si alguna de las chicas estaban, y solo había llegado una de ellas. Hablamos un poco, y empezaron a llegar mas. Fuimos a esperar al frente del aula - no me gusta que las aulas estén siempre cerradas con llave - y vino la profesora, dictaron la clase, salimos, y entramos a otra de las clases del día, Literatura escrita, es una materia que me agrada bastante, y la clase de hoy viernes me agrado mucho. A las 19:00 hs entramos al Aula magna, donde todos nos juntamos a escuchar la clase teórica de Sociología. Jamas me gusto esa materia, pero hice el intento promiscuo de escuchar al profesor, pero a la hora mi mente ya estaba cansada y opte por relajar y no escuchar mas. ¿Total?, el material lo tengo, solo debería de repasar. Salí del aula, encargue un libro. Busque mis pertenencia, y a las 9 salimos. Estaba un poco preocupada, porque el ultimo colectivo salia a las 10. Y me estresaba la idea de que no llegaba mas el colectivo local, pasaron 10 minutos de las 21:00hs, y yo estaba preocupada por si llegaría a tiempo o no. Me llamo un amigo, para preguntarme algo que yo no tenia ni idea. Luego me llamo mi padre, para preguntarme a que hora me tenia que esperar en la terminal. Eran las 21:25 y el colectivo no llegaba al centro. Al fin llego, y baje casi a los tropezones, la terminal estaba muriendo de apoco, no había mucha gente. Confirme el pasaje, pero el colectivo no salia a las 22:00hs, salia a las 23, mi pensamiento era totalmente erronio, y ya sentía que el mal karma volvía otra vez a mi vida. Me estaba amargando completamente, y decidí cargar crédito a mi teléfono celular. En el kiosco no había mas carga. Salí afuera un poco molesta. Me senté en el suelo, y escuche música Pero a los minutos, me levante y fui a comprar algo que no tenían, así que compre otras cosas, - si, toda la mala suerte del mundo, solamente ami -.
Me senté en las 'sillas de espera', y un hombre se acerco. Se sentó al lado mio. No le preste mucho atención no me causaba curiosidad, ni intriga. Solo estaba sentada escuchando música cantando en voz medianamente baja, pensando en que mi día era completamente una basura. El hombre desenvolvió algo de una bolsa de papel madera, seguía sin importarme y vi que su silueta se movía hablándome. Me invito de su sándwich a lo que yo le negué, verdaderamente no tenia hambre. Siguió insistiendo, diciendo que estaba calentito y rico, pero seguía sin querer de el. No tenia apetito. El comió tranquilo, y empezó a entablar una conversación no me sentía para nada incomoda, es mas, me agradaba. Hablamos toda esa hora y veinte, saco su equipo de mate, y me invito, eso si acepte con mucho gusto. También saco alfajores, me dijo que me los regalaba, porque tenia una caja llena, y quería darme mas, pero yo le negué los que me dio y los que siguió ofreciendo, pero no dejo que se los negara, claramente me los hizo quedar, le sonreí agradeciendo. Seguimos la charla, me contó que viajaba a ver a su hija, por que era el cumpleaños, hablamos de por que festejamos cumplir años, y los dos coincidimos en que cumplir no es sinónimo de envejecer, que envejecer, es algo psicológico, me pregunto sobre lo que estudiaba, me dijo, ' seguramente sos un signo de aire', a lo que le conteste que era de Libra, sonrió, y me dijo que le gustaba mucho esa carrera, le parecía magnifico. Hablamos de su trabajo, trabaja en una mina en las Heras, pero el es de Misiones- Apóstoles, una ciudad que menciono orgulloso al decir que era la ciudad de la yerba, donde exportaban yerba a todo el país, hablamos de muchas cosas con intercambios de risas, mates, y silencios bastante cortos.
Nunca creí que un desconocido, podría cambiar completamente parte de mi. Hablamos mucho, su mirada era tierna, y su voz agradable, era alto,canoso, llevaba bigote revolucionario, y pelo corto, muy corto. Yo tenia que irme, pero no quería quería seguir hablando con el, pero el a las 2:00hs de la madrugada debía volar hasta Bs.As. para poder ver a su hija que menciono tenia mi edad y estudiaba un profesorado en Historia.
Este hombre, Ángel como segundo nombre, me hizo sentir al igual que la señora del colectivo, en un momento de paz absoluta. Su serenidad, humildad, simpatizmo, y alegría, me dieron a conocer las cosas sencillas de la vida.
Mi día se derrumbaba y grandes cosas pasaban en el. Paso el, y aquella señora.
Cuando subí nuevamente al ómnibus que me traería a casa, no pude evitar cerrar los ojos y sonreír, mire el cielo, y cerré nuevamente los ojos con esa mueca de felicidad. Tan solo necesitaba eso, poder sentir simpatía. Ese hombre, me lleno el alma.
Muchisimas gracias, Señor Do Santos.
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