domingo, 13 de enero de 2013

   Probablemente no era la noche mas animadas de todas, pero el cielo estaba tan iluminado, que la compañía de esa luna enorme y brillante, alcanzaba y sobraba para mi. Pensando, en nada, pensando en todo, pensando en esa mujer que movía mis días y noches eternas de su mirada y sonrisa penetrante, imposible olvidarme de su voz encantadora. Señorita de en sueños, que llegaba a mi piel sin siquiera tocarme. Como su aroma quedo en mi ropa,  como no salias de acá, como te quedaste en mi mente sin siquiera saludarme, esa tarde de calor  pasabas a mi lado, sin registrar como te observaba, orgullosa al caminar, y esa personalidad.
   Cuando para vos, yo no era nadie, atraías mi atención, como nadie. Provocabas en mi mente, imagenes perfectas, describiendo cada parte de tu cuerpo, imaginandote desnuda, una mujer cautivante, que llevaba a quien quisiera al a par de sus pies.
   Tan imperfecta que rosabas la perfección de mi vista ajena. Seducías mi mente, mis ojos, mi cuerpo, mi latidos. Tu imagen cautivo mi locura. Y con eso me quede, algo que nunca iba a ser mio, tu mirada y hermosura.

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