domingo, 1 de marzo de 2015

La medida justa de amor que esperabas

  Estaba acostumbrada a algo distinto en el arte del amor. Tal vez es por el tema de ser jóvenes, a la edad justa donde no le das gran importancia a los sentimientos, otros temas de interés, hobbies, amigos, familia, escuela, y por ultimo amor, algo mas... terciario a la hora de tomar alguna decisión... amor.
   Estaba acostumbrada a... aburrirme de la gente que buscaba transmitir cariño, podría decir que no aguantaba un mes con una persona al lado, tener que levantarte y escribirle, acostarte y escribirle, estar todo el día pendiente de una persona, que no sea uno propio, salir y tener que estar en su compañía, dar explicaciones, querer y no querer pero tener que querer por que la otra persona quiere... que aburrido ¿no?. Demostrarte públicamente para que esa persona no empiece con reproches estúpidos. Que aburrido era discutir por estupideces. Saben que hacia? Asentía a que la verdad estaba sobre sus manos... solo para no discutir, por día repetía mas de 30 veces 'perdón', aun que no se por que lo hacia, solo... discutir no es lo mio. Lo que mas me aburría era fingir amor. ¡Ay! que aburrido era amar, cuando la vida estaba llena de maravillas, sin preocupaciones mas que estudiar. Lo demás era diversión asegurada. No poder hacer planes por que seguramente, te los arruinaban.
    La primera vez de relaciones sexuales, ¡ABURRIDO!. Cuando era niñita me imaginaba que mi primera vez, iba a ser con una persona que me llenaría el alma de felicidad. Aveces no salen las cosas como deseamos. Mi primera vez fue aburrida, no estaba enamorada, pero en fin... era mi pareja. Me aburrió, a los meses decidí cortar esa relación. Me aburría, juro que  aburría tanto.
    Al pasar el tiempo... las obligaciones fueron disminuyendo, conocer gente era fácil, y próximas parejas. Y ahí estaba, la persona que creía que no me iba aburrir, sentía felicidad, aveces tristezas, pero podía modificar mis sentimientos, era algo totalmente distinto a la primera. No me aburría, y me agradaba pasar tiempo a su lado, hablarle, salir, darle la mano. Pero... todavía era chica, no estaba preparada para atarme. Sentía amor, pero todavía no era el tiempo. No funciono. Por mi lado... claramente no era para mi. Igualmente... fue el primer dolor al alma, un poco por perder algo que me hacia bien, y por otro lado, por no ser infiel ami misma y a lo que sentía.
   Luego vinieron personas con las que podías compartir cosas, pero no tenían... ese total gusto a dulce. Realmente pensé que no existía la persona adecuada. Ese era uno de los motivos por el cual no queria conocer a fondo a alguien. El miedo del karma ya me había pasado por encima, pero uno nunca sabe cuanto dura esa mala racha.
   Las calles ya temblaban, y esa necesidad de afecto en el trascurso de los años se hacia cada vez mas fuerte e inalcanzable. Era imposible no pensar en que una persona podría alegrarme la vida. Era totalmente incierto. No existía posibilidad. El amor no era para mi. Caí en cuenta de que tal vez iba a ser un problema menos, el tema del amor. No tener a quien dar explicaciones por salir una noche con amigas, y no recordar lo que hiciste, no tener problemas por ver un culito por la calle, no tener problemas o discusiones por histeriqueos insensatos, no tener problemas de celos... pero... me olvidaba de la parte linda. Tener ESA persona que sea incondicional, con la que podría contar en buenas y malas, con la que podría ir al cine de la mano, y salir jugando a ser niñas otra vez, reírnos, y llorar, ser cómplices, besar, abrazar, querer, extrañar, celar, jugar, pelear, discutir y terminar riendo, hacer apuestas, molestarnos, cargosearnos, perdernos en nuestra eternidad, en mimos,y cariño sincero, compartir nuestras amistadas. Me olvidaba de la parte en la cual pertenecer a alguien era lo mas precioso y parecido a estar en un hogar, estar en mi hogar con esa persona que me arrancaría los gajos de corazón roto y me arreglaría de la mejor manera posible, me olvidaba de la parte donde existía la sinceridad.
    Y si un día, no me hubiese agarrado contra la pared, animándose a un rechazo... o no, con los nervios carcomiendo, no estaría escribiendo esto.
    Un día... en el que solo quería estar sola, me insistió e insinuó, la mujer que hoy es el amor de mi vida. Una mujer... que traía su pasado a cuestas por la espalda, que solo quería curarme el alma. Y que me permitió... luego de cometer unas macanas, arreglar su alma.
   Si la vida volviera a empezar, juro que volvería a buscarla de mil maneras. Ahora...¿ recuerdan que dije que el amor me aburría?. Bueno... hace año y chirolas, no puedo aburrirme de esta mujer, pasando por drama y dolor, el amor que siento por ella, se impregno hasta en mis huesos, no puedo recordar un día que esta mujer de la que hablo me haya aburrido. Si... puedo decir que es mi amiga, que es mi novia, confidente (hasta que me saca las palabras a la fuerza, soy media dura), amante, es mi sinceridad, mi fidelidad, mi confianza, quien cuida de mi, quien cuido, quien celo, quien me divierte, quien puede hacerme llorar, quien me recita poemas, quien me escribe palabras bonitas, quien me molesta y me divierte, quien me acompaña cuando me rio de algo, o alguien, quien duerme a mi lado, quien me cuenta que hace, quien sale a bailar conmigo, quien me cocina, quien se baña conmigo, quien me cuida cuando enfermo, con quien hago el amor, la que todo el tiempo tiene cosas nuevas en la mente, con quien hago planes, con quien planeo mi futuro, o lo sueño, quien hoy esta comprometida conmigo, con nuestro amor, con nuestro infinito.
   Quien diría... un día, pensas que el amor no existe, y al otro... encontrarte el amor de tu vida. Que tus heridas van a seguir curtiendo tu alma, y no van a sanar, y un día, una persona de tu ciudad rompiendo todos tus umbrales y esquemas, te invade el corazón, y te da el remedio sagrado...la medida justa de amor que esperabas.

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